Carta 1: Valor y aprovechamiento del tiempo.
![]() |
Grabado de Séneca por Vorsterman, 1638. |
La carta comienza con la recomendación a Lucilio de retomar el tiempo arrebatado o sustraído, “recupéralo y consérvalo”, dice. Hace énfasis en que lo peor es el tiempo perdido por negligencia. Luego parece invocar el espíritu del Carpe diem: aprovecha el tiempo; que señala como nuestro único bien. Luego hace un señalamiento sobre la pobreza: No considero pobre a quien le satisface cuanto le queda, por poco que sea- dice. Parece recalcar aquel proverbio que dice: no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
Tiene mucha razón en cuanto al uso del tiempo, pues quién no ha hecho mal uso de él, sobre todo en lo que respecta a invertirlo en lo innecesario. Y quizá por eso mismo dice: (...) gran parte de la existencia se nos escapa obrando mal (...) haciendo cosas distintas de las que debemos. Mientras aplazamos las decisiones, la vida transcurre- agrega.
Cerrando el tema del tiempo, Séneca dice: “Todo cuanto de nuestra vida queda atrás, la muerte lo posee”. Me vino a la mente una imagen, de alguien que mira por encima del hombro, hacia atrás, para tratar de ver el camino recorrido desde el comienzo de la consciencia hasta ayer. Los logros obtenidos, los países recorridos, las miserias personales, el dolor padecido por la muerte de sus seres queridos. Recordé el poema Caminante no hay camino, de Antonio Machado, que dice:
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.